Visita de Su Santidad Dalai Lama a México: Más allá de la religión
Esta entrada es muy especial para mi, comenzando por el hecho de que esta fue la primera vez en mi vida que vi a Su Santidad Dalai Lama en persona. Únicamente sabía de él por medio de las enseñanzas budistas (que como dije anteriormente, yo no soy budista pero en esta parte del mundo lamentablemente es la parte más conocida del Tíbet), y también lo sabía por la divulgación de su filosofía de vida y obviamente por las miles de fotografías y artículos que uno se encuentra en la red. La verdad es que me comencé a acercar a este tema del Tíbet en la parte política gracias a mis profesores del posgrado, uno era de la India y el otro del Tíbet, y este último fue quien nos dio los temas sobre China.
Precisamente fue gracias a mi profesor tibetano Tsering Topgyal, que supe qué clase de personas son los tibetanos: totalmente diferentes y con una educación y forma de ver la vida totalmente distintas a los Han. Por otro lado, gracias a mi profesor de la India, Dibyesh Anand, pude ver más a fondo el porqué de la situación en Tíbet. Gracias a ellos ya soy más diestra en este tema y también tengo más formas de obtener información para mis artículos. Tsering comenzó a platicarme de cómo eran las cosas en el Tíbet y Dibyesh comenzó a inculcarme la base académica para meterme en todo esto, y estoy sumamente contenta por el resultado, ya que he conocido personas verdaderamente valiosas tanto de mi región como de la Oficina de Tíbet para América Latina y fue gracias a ellos que tuve la oportunidad de asistir a este evento muy significativo para mi. Aprovecho el espacio para agradecer tanto a mis queridos profesores Dibyesh y Tsering como a Aloma Sellanes, a Tsewang Phuntso, y a los grupos Tíbet Patria Libre, Pensando en Tíbet y Tíbet Mx por valorar mis escritos y molestarse en publicarlos en sus páginas.
Su Santidad comenzó con el comentario de que absolutamente todos los seres humanos tienen el potencial de sentir odio, miedo y otro tipo de emociones negativas, las cuales al corto y largo plazo que provocan la enfermedad y destrucción de la paz interna. En muchas ocasiones había escuchado que las enfermedades, más que algo físico es una cuestión más de nuestra mente que otra cosa. Su Santidad mencionó en primer lugar que el amor y la compasión son valores necesarios y claves para contrarrestar estas emociones negativas para ser feliz, ya que según él, todos los seres humanos tenemos el derecho y el fin de ser felices. La paz interior es un requisito necesario para alcanzar la felicidad en el nivel individual, colectivo y en gran escala, global. La prioridad que se les da a los valores en todas las diferentes culturas y países en el mundo, hace que aparte de que nos diferenciemos en carácter, determina el porqué unos países son más felices que otros a pesar de cada quién tener sus problemas. Mencionaré esto más adelante.
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| (C) Oscar Fernández |
Su Santidad mencionó algo en el principio que en lo personal se me hizo de vital importancia, sobretodo cuando se aplica a nivel global. Dentro de las interacciones humanas, sean del nivel que sean, es de suma importancia estar consciente sobre el hecho de que TODOS somos seres humanos al final, él comentaba que el saber que tu interlocutor también es un ser humano puede ser sumamente enriquecedor ya que todos tenemos experiencias diferentes de las cuales podemos aprender algo nuevo. Él comentó que en las interacciones no hay que concentrarse en las diferencias, ya que estas generan distancias y por ende provocan tensiones que posteriormente pueden arreciar hasta volverse irremediables. Esto a mi parece no el único pero sí el problema principal en organizaciones internacionales. Las Naciones Unidas por esto son un sistema tan imperfecto, porque al final, están bajo el visto de bueno de cinco países que creen ser superiores al resto del mundo, y por ende los problemas no se solucionan: sobreponer intereses a vidas humanas a mi parecer, es el colmo del complejo de superioridad. No lo limito al caso de ponerle remedio al Tíbet, sino que hay que ponerse a ver porqué no le dan solución lo de Palestina o a lo de Corea.
La parte de la pérdida de valores se ha manifestado de muchas formas, sin embargo, como lo mencionó SS Tenzin Gyatso, el excesivo valor que se le ha dado a lo material es el síntoma más prominente de esta crisis global. Actualmente y desde el siglo XIX, se la ha dado un valor excesivo al progreso material y por ende se relaciona el concepto de riqueza con felicidad, hay un proverbio que dice 'El dinero no compra la felicidad'y como dijo SS, 'Si esto fuera cierto, entonces mis amigos millonarios serían felices y tristemente no es así'. Cuando hay únicamente prioridad a los recursos materiales, hay otras emociones negativas que surgen como los celos y la envidia, que cuando surgen a nivel familiar, rompen el potencial de alcanzar la felicidad en cualquiera de los otros planos colectivos por medio de la falsedad. En conclusión al punto, la riqueza no da la felicidad si hay ausencia de valores. Esto vaya que me queda claro, y en forma estricta esta es una de las cosas que nos diferencia de muchos países 'desarrollados'. Tristemente a mi ya me tocó ver que en Europa (y en Canadá también) a pesar de que tienen casa, comida, servicios de salud y demás prestaciones en forma gratuita, son personas que se quejan de todo (y que aparte tienen índices de alcoholismo y drogadicción para morirse de la impresión) y que erróneamente se preocupan por cosas que nos pasan a nosotros (cuando por experiencia propia no entienden nada y no nos quieren entender) nos vienen a querer enseñar con sus activistas 'de buenas intenciones' lo que hay que hacer, aquí sí creo que como decía Confucio: 'antes de salir a cambiar el mundo, date tres vueltas en tu propia casa', así es que el progreso material no significa la felicidad.
En el budismo, como lo comentaba su Santidad haciendo una similitud con los niveles que hay dentro de la enorme Arena Ciudad de México, hay tres reinos de existencia y en cada uno de ellos quienes estén merecen la felicidad y según esta concepción hay dos niveles de sufrimiento que podemos experimentar los seres humanos: el sensorial y el físico. Su Santidad comentó que el sensorial es el más severo y el origen del físico, ya que es por la conciencia mental que percibimos el dolor físico, y lo ilustró con un ejemplo de lo que él ha visto en la India y el dolor sensorial también puede derivarse de lo que estamos percibiendo. La verdad es que gracias a esto ahora entiendo el origen de los males modernos como el estrés y otros como la gastritis, porque si está uno nervioso o en pocas palabras con la conciencia intranquila, puede llegar a sentirse en otras partes del cuerpo, y por ello se dice que la experiencia mental es más profunda. El dolor físico entonces, puede superarse con fuerza mental.
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| (C) Oscar Fernández |
En este tema de relacionar conceptos del budismo y de cualquier religión con la realidad, está también la idea de la fe, la cual aparece cuando las circunstancias o lo que nos rodea va más allá de nuestro control. El Dalai Lama comenzó con el tema de la fe con la idea de que todas las religiones predican valores como el amor, la compasión y la tolerancia, así como el perdón y que están basadas en su mayoría en principios filosóficos. Hizo un énfasis en el amor y la compasión por ser principios esenciales para alcanzar la felicidad en prácticamente todas las religiones, sin embargo ya hay obstáculos que pueden llegar a ser graves.
Su Santidad hizo una breve semblanza del papel de la religión para los seres humanos y mencionó que por trescientos o cuatrocientos años los seres humanos han orado y pedidor por alcanzar la felicidad, sin embargo enfatizó que con el simple hecho de rezar, no se alcanza la paz mundial, y que forzosamente debe haber acción humana para que las cosas puedan cambiar y aprovechando que la tecnología desvanece fronteras y acerca a las personas, abogar por la acción es más sencillo.
En este sentido, para que las cosas cambien a nivel global o que al menos vayan cambiando paulatinamente, Su Santidad enfatizó la importancia de la institución educativa como aquella que debe inculcar los valores, y que debe ser plural, responsable y orientada. Si los valores no son inculcados en el nivel colectivo, entonces comienza el énfasis en el progreso material y por ende surgen cosas como la corrupción, y otros problemas que generan la crisis global de valores.
Esta crisis no es exclusiva de los países, ni siquiera propio de las instituciones gubernamentales sino también de las religiosas. Su Santidad explicó que la corrupción también ha permeado a las instituciones religiosas y a quienes se autodenominan sus representes, precisamente por la falta de convicciones y principios. Nuevamente, es por ello que inculcar valores durante la educación es tan importante. En el nivel global, la falta de convicción y principios representan la raíz de problemas como la corrupción tanto a nivel internacional como local, recordemos que la política exterior es un reflejo de la interior, por ende si hay corrupción hacia dentro, una nación puede actuar de forma similar hacia fuera.
Hay que cuidar y conservar estos valores, ya que por la falta de conciencia sobre los mismos ha hecho que las cosas se vayan desvirtuando y se lleven u orienten únicamente al plan material y por eso en muchas religiones, quienes la practican o la representan tienen una corrupción interna tan grande que usan la religión solamente para sus fines particulares y de esto tristemente en el caso de México, me consta y en lo personal es una de las varias razones por las cuales no creo en la Iglesia. En este punto recuerdo haberle dicho no a una sino a varias personas que invirtien su tiempo en evangelizar a los demás que 'Ir a la Iglesia cada domingo o a la Mezquita cada viernes y rezar cinco veces al día o querer imponer tu religión como superior a otras creencias no te hace mejor persona. En mi caso mis acciones dicen quién soy, no mis creencias'.
Es necesario entonces, como lo dijo Su Santidad, promover respeto y educación en todos los niveles, ya que si la religión fuera verdaderamente universal resolvería todos los problemas y es por ello que el Dalai Lama propone la idea de una educación y una mentalidad secular. Las razones que da son porque la religión ha estado dividiendo más que unir a la humanidad, y la desigualdad también se genera por la falta de convicción y es necesario también cuestionar el profesar estos valores como parte inherente tanto a la religión como a la institución educativa.Un punto particularmente relevante es el hecho de que actualmente no hay religión universal y difícilmente podrá haberla, ya que todas las religiones tienen un contexto cultural distinto que a veces es mutuamente excluyente (por ejemplo: el Cristianismo con el Islam tienen muchos puntos inflexibles), es por ello que el Dalai Lama planteó el concepto de una ética secular.
La ética secular, como lo explicó, no debe confundirse con el ateísimo o con querer imponer el ateísimo, sino simplemente en la práctica del respeto a los creyentes, y sobretodo a los no creyentes. Es un error pensar que el ser secular es una falta de respeto a la religión misma, y esto es algo particularmente complicado para aplicarse al Islam. En mi opinión, el punto más relevante y útil dentro de la ética secular es precisamente respetar a los demás y así poder hacer del mundo una sola entidad basada únicamente en los valores, ya que finalmente Dios es universal, tenga el nombre que tenga. La ética secular, por lo que implica (respeto a las personas en general y en todos los niveles) está implícita en la base filosófica de todas las religiones por ende, está más allá de la religión.
Todos tenemos el potencial de promover algo como esto y también hay que procurar pensar más y tratar de educar a los otros alrededor de nosotros con estos valores, para que así pueda haber un impacto a nivel colectivo y posteriormente internacional. Su Santidad dentro de sus conclusiones comentó que 'Hay que tomar en cuenta el carácter diverso del mundo y la religión pone límites, por ello la ética secular es muy importante en la educación. No olvidemos que la verdadera ética está basada en el amor, la compasión y el perdón que deben enseñarse y quedarse en el corazón, posteriormente transmitirse y llevarse al nivel global'.
Creo que con estas últimas palabras, la humanidad se ahorraría hechos terribles como el de Siria, la división de Corea, el conflicto sectario en Myanmar y en Sudán, así como la existencia de grupos como Al-Qaeda, los Talibanes y la corrupción tan terrible que existe dentro de las Naciones Unidas. Ahora, desde mi punto de vista, la prepotencia típica de los países que se denominan así mismos 'potencias' son la parte del problema, aunque también debemos recordar que dentro de los países en vías de desarrollo (como el mío) el mayor reto que tenemos en frente es superar la mentalidad tercermundista, ya que de nada sirve tener crecimiento económico si los valores y principios se van perdiendo. Si hay una enseñanza verdaderamente valiosa de mi profesor Anand es que no hay nada de malo con mantenernos firmes a nuestros principios y convicciones, así como con cuestionar nuestro entorno tanto cultural como social.
La ética secular, como lo explicó, no debe confundirse con el ateísimo o con querer imponer el ateísimo, sino simplemente en la práctica del respeto a los creyentes, y sobretodo a los no creyentes. Es un error pensar que el ser secular es una falta de respeto a la religión misma, y esto es algo particularmente complicado para aplicarse al Islam. En mi opinión, el punto más relevante y útil dentro de la ética secular es precisamente respetar a los demás y así poder hacer del mundo una sola entidad basada únicamente en los valores, ya que finalmente Dios es universal, tenga el nombre que tenga. La ética secular, por lo que implica (respeto a las personas en general y en todos los niveles) está implícita en la base filosófica de todas las religiones por ende, está más allá de la religión.
Todos tenemos el potencial de promover algo como esto y también hay que procurar pensar más y tratar de educar a los otros alrededor de nosotros con estos valores, para que así pueda haber un impacto a nivel colectivo y posteriormente internacional. Su Santidad dentro de sus conclusiones comentó que 'Hay que tomar en cuenta el carácter diverso del mundo y la religión pone límites, por ello la ética secular es muy importante en la educación. No olvidemos que la verdadera ética está basada en el amor, la compasión y el perdón que deben enseñarse y quedarse en el corazón, posteriormente transmitirse y llevarse al nivel global'.
Creo que con estas últimas palabras, la humanidad se ahorraría hechos terribles como el de Siria, la división de Corea, el conflicto sectario en Myanmar y en Sudán, así como la existencia de grupos como Al-Qaeda, los Talibanes y la corrupción tan terrible que existe dentro de las Naciones Unidas. Ahora, desde mi punto de vista, la prepotencia típica de los países que se denominan así mismos 'potencias' son la parte del problema, aunque también debemos recordar que dentro de los países en vías de desarrollo (como el mío) el mayor reto que tenemos en frente es superar la mentalidad tercermundista, ya que de nada sirve tener crecimiento económico si los valores y principios se van perdiendo. Si hay una enseñanza verdaderamente valiosa de mi profesor Anand es que no hay nada de malo con mantenernos firmes a nuestros principios y convicciones, así como con cuestionar nuestro entorno tanto cultural como social.
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| (C) Oscar Fernández |



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