Corea: ¿Mercado de oportunidad o sólo socio comercial?

El país que en los años previos a la caída de la Unión Soviética se recuperaba de forma lenta y cuyo inestable vecino desconoce constantemente el Armisticio de 1953 es ahora un caso muy interesante a nivel tanto económico e histórico como cultural a nivel internacional.
Corea del Sur ha sorprendido al resto del mundo con el crecimiento que ha tenido en la última década y que ha sido de los pocos a los que la crisis financiera del 2008 no desplomó rubros de su economía a pesar de la importancia que tiene Estados Unidos dentro de las decisiones en Seúl. Corea tiene uno de los consumos per cápita más altos del mundo con poco más de 30 mil dólares y una clase media que constituye cerca del 70% de la población con poder adquisitivo alto en términos generales.
El 2004 fue el año en que comenzó el crecimiento acelerado de alrededor del 2% por año que la ha llevado a Corea a ser parte de los Tigres Asiáticos. El lugar preponderante de Corea dentro de varios mercados se debe a una inversión de más del 5% en educación, investigación y desarrollo, sin embargo hay varios detalles en el interior que transforman el panorama para los interesados para invertir o en ver a Corea como un socio comercial.
El crecimiento acelerado, contrario a lo que podría creerse tiene un origen más local que externo. Corea del Sur tiene un sentido de pertenencia y de identidad nacional profundamente insertado en el tejido social, lo cual se traduce en actitudes de compra y de decisiones a nivel político en torno a la economía nacional.
La población consume todo lo que el país produce, desde alimentos y bebidas hasta bienes de consumo final. En términos generales, la globalización en cuestiones de productos no está consolidada al interior del país, ya que los pocos productos extranjeros que existen tanto en los supermercados como en las tiendas cuestan tres o cuatro veces más y hay bienes a los que se les agrega cerca del cien por ciento de impuestos como carga impositiva (como los autos extranjeros), esto con la intención de incentivar el consumo local. Las personas prefieren adquirir productos nacionales, y la preferencia por lo local es tan marcada, que marcas de lujo locales tienen los precios de las extranjeras como Vuitton o Chanel.
Esta tendencia también es notoria en el rubro de alimentos. En cualquier calle de Seúl, tanto en el centro o en las afueras, los restaurantes de comida coreana ocupan del 60 al 90 por ciento de la calle y en las afueras hasta el cien por ciento. Los pocos restaurantes de otro tipo de comida son los italianos, principalmente por la practicidad en la preparación, y los restaurantes de comida china y japonesa.
A pesar del legado de China y Japón dentro de Corea y la presencia de Estados Unidos, la promoción turística es casi nula. La mayoría de los coreanos mayores de treinta años no han salido de Corea aunque cuenten con los medios  y sus vacaciones varían entre la cercana isla de Jeju y el puerto industrial de Busan. La tendencia a salir de Corea tiene muy poco tiempo, ya que solamente los coreanos jóvenes menores de 30 son los que han salido del país principalmente para estudiar o trabajar. Las agencias de viajes cuentan con promociones dirigidas al público nacional, y esta promoción es principalmente a estos dos lugares y recientemente a las islas de Dokdo.
El otro detalle de Corea es la cuestión del idioma, a pesar de que el inglés se enseña a nivel primaria y secundaria, hay muchos coreanos que no son bilingües, y esto puede representar un problema a largo plazo para las interacciones con el resto del mundo. El chino también se está enseñando, y a pesar de que China y Japón son dos mercados lo suficientemente grandes y socios naturales, de forma general no es recomendable limitarse en cuestión de mercados.
El problema con el idioma y la comida hace que Corea sea un país poco amable para los extranjeros sin proponérselo. A pesar de que los letreros de las avenidas, calles y hasta del metro incluyen el alfabeto occidental, es difícil vivir en Corea sin hablar el idioma, el único lugar en donde se habla inglés es en la zona cercana a la base militar estadounidense de Yongsan. La zona se llama Itaewon y es famosa tanto por su carácter multicultural por ser el lugar en donde reside casi toda la población extranjera de Corea como también por ser una zona conflictiva que muchos evitan por el ambiente ‘no coreano’.
 Los coreanos son muy tradicionales en sus hábitos, y con la edad suelen estar más marcadas las tendencias a seguir las tradiciones tanto en el ámbito familiar como en el social. La familia es sumamente importante en Corea, la cuestión del matrimonio, de los hijos y sobretodo de la unión familiar. Actualmente la brecha generacional es muy notoria, ya que hay un incremento de personas jóvenes, tanto hombres como mujeres que no desean seguir estas tradiciones, ya sea por convicción personal o porque, como en la mayoría de los casos, ya han salido del país.
En el tema de los negocios, por lo anteriormente expuesto, hace de Corea un socio muy complicado por el proteccionismo que tiene en sus mercados. La idea de hacer negocios con Corea es un reto pero que bien puede valer mucho la pena, ya que los coreanos son amables, eficientes, honestos, positivos, trabajadores y responsables ya que cumplen con lo estipulado y es por ello que cuentan con empresas sólidas y aparte tienen una gran cultura de servicio. La política gubernamental de apoyo a lo nacional hace que compañías como Samsung o LG sean atractivas para inversión y el crecimiento hace aún más atractiva la utilidad que pudiera obtenerse. El hacer tratos con los coreanos requiere de búsquedas de oportunidad en el país en nichos de mercado de artículos que pudieran hacerles falta, o buscar principalmente rubros en donde el intercambio pudiera resultar provechoso para las partes involucradas.
Corea es un mercado difícil, sin embargo aún con las restricciones de impuestos, los coreanos están abiertos a consumir bienes de origen diferente siempre y cuando les funcione. La fruta por ejemplo, es un bien muy apreciado y bastante consumido en el país, los coreanos casi siempre comen frutas de postre, también les gusta la comida picante, por lo que los condimentos son muy apreciados. El encontrar áreas de oportunidad en Corea requiere un trabajo arduo de investigación de mercado, pero con el crecimiento demográfico que tendrán en el futuro vale el esfuerzo, porque también las nuevas generaciones están abiertas a probar productos nuevos.




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