Cien años del Partido Comunista: El olvido de la ‘Coexistencia Pacífica’

Hace cien años China se encontraba en una situación complicada precedida por la revolución de Sun Yat Sen que culminó en la caída de la dinastía Qing en 1911. En esta entrada, hablaré brevemente sobre los orígenes del partido, los rasgos màs notables de sus líderes, el cambio del ascenso pacifico hacia la asertividad, y las implicaciones que tiene esto último a nivel internacional, particularmente después del discurso de Xi Jinping y la última reacción del G7 (formado por Alemania, Canadá, Francia, Italia, Estados Unidos, Japón y Reino Unido). La conclusión se centrará en las implicaciones de que Xi Jinping esté al mando de todas las instancias de gobierno, ya que esto indudablemente traerà otros retos a China. 

Durante el periodo que se le conoció como ‘republicano’, (1912-1949) China vio una serie de enfrentamientos entre los líderes que peleaban por el poder en diferentes zonas del país, y fue en estos espacios que surgieron intelectuales como Chen Duxiu y Li Dazhao desde las sombras con un grupo reducido de personas quienes posteriormente fundarían el Partido Comunista en 1921 con el apoyo ideológico de la entonces Unión Soviética. En vista de la influencia y apoyo de los ideales republicanos en ese entonces (década de los veinte), el Partido Comunista se fue consolidando poco a poco hasta convertirse en un contrapeso sustancial de tales dimensiones que terminó rompiendo con el Partido Nacionalista Kuomintang debido a que el Partido Comunista necesitaba mejores formas de organizar a las masas y que además el Kuomintang tenía disputas muy serias hacia el interior en torno a quién se quedaría como líder del partido. Mao Zedong entendía muy acertadamente la manera en la que podían organizarse las masas, y a través de sus capacidades de buen orador, el Partido fue evolucionando y se conviritò en lo que conocemos hasta hoy: uno de los partidos políticos con más miembros y que además lleva 72 años en el poder. 


Resumir el mandato de Mao Zedong es un trabajo que requeriría más que esta entrada, ya que entre el Gran Salto Adelante, la Revolución Cultural, la invasión en el Tíbet y el enfrentamiento contra el Kuomintang y además la alianza temporal con este último para defender a China de la invasión japonesa, el impacto de las acciones de Mao prácticamente marcaron a China en los años por venir en el aspecto ideológico, particularmente en las prácticas impuestas a la población, el asunto de la permanencia del partido y el culto a la personalidad. 


En vista de los excesos de Mao, su sucesor Deng Xiaoping (quien a su vez había sufrido durante los tiempos de Mao y que tuvo que que enfrentar las presiones de aceptar a Hua Guofeng como el sucesor) creía que era necesario abrir el país a otras opciones, decisión que también trajo sus desventajas sufridas por la población, ya que había presiones internas que discrepaban entre implementar una parte del capitalismo pero conservando la parte comunista, y en vista de las tensiones sociales y la crisis econòmica, estallaron las protestas que llevaron a Tiananmen en 1989. Este representó uno de los mayores desafíos para China, ya que en ese momento tenían que decidir si la permanencia del partido iba a ser una prioridad al igual que el orden al interior, y en este sentido dejaron a Hong Kong como un experimento de la coexistencia de los dos sistemas en manos de Reino Unido hasta 1997. 


Deng Xiapoing dejó el cargo en un momento que seguía tenso para China dada la presión internacional por lo de Tinanamen, y llegó Jiang Zemin quien pasó a la historia como un líder que de forma admirable logró una transición pacífica de Hong Kong a China, y que se considera uno de los grandes arquitectos de las bases para el desarrollo del país. Posteriormente, su sucesor Hu Jintao tenía como tarea el continuar con los planes de desarrollo pero a la vez mostrar que China estaba orientada a un ascenso pacífico, en donde la estabilidad y el orden constituían los pilares para el crecimiento económico. Es durante estos años (2001-2012) que se crean los cinco principios de coexistencia pacífica (respeto a la soberanía e integridad territorial, no agresión, no interferencia, igualdad y beneficio mutuo, y coexistencia pacífica). 


En 2012 llegó Xi Jinping y después de ver el proyecto de China Inc., el mundo entendía que China seguiría creciendo y que seguiría resolviendo sus problemas urgentes, como el aumentar el ingreso per capita de la población, pero la realidad muestra que China efectivamente busca satisfacer las necesidades de la población y que seguiría manteniendo como prioridades la prevalencia del Partido y el orden al interior, pero ya no a costa de los principios de coexistencia pacífica, sino mediante técnicas màs defensivas que han resentido sus vecinos, particularmente Taiwán en el exterior y Hong Kong hacia el interior. 


Xi rompió con el modo de sus antecesores en varios sentidos, para empezar el hecho de que los órganos de gobierno estaban más descentralizados, que Hong Kong seguía siendo un modelo híbrido y que China tenía la conciliación como base de negociación con sus vecinos y con otros países. Ahora a través de instrumentos económicos, China se ha expandido y ha construido redes de abasto para obtener todos los recursos que requiere para continuar con el crecimiento económico, pero estos instrumentos como lo ha demostrado la evidencia en forma de indicadores de intercambio comercial bilateral, no ha sido en beneficio de los socios. 


Actualmente hay estudios y artículos que documentan el impacto de la inversión china en países en vías de desarrollo,  principalmente en África, y la evidencia muestra que los proyectos y los préstamos presentan irregularidades. Hay un paralelismo que ejemplifica muy bien este problema: dentro del tema del Tíbet se habla de que lo sucedido en los cincuenta y las consecuencias de ello debió de haber servido como un modelo de lo que sucedería si un país abriera sus puertas a China muy ampliamente, y en muchos sentidos es una predicción que se cumplió. 


Dado que un ambiente pacífico es indispensable para que la economía pueda funcionar, es difícil comprender porqué China ha tomado un tono más agresivo en torno a la disputa territorial en el Mar del Sur de China, y en torno a Taiwán e incluso hacia Japón y Corea (dos de sus socios más cercanos), si China practica la tozudez y el subestimar a los demás en sus batallas, podría despertar fantasmas que la mayoría daríamos por estar en el sueño eterno, como en el caso de Japón y de Vietnam. 


En este sentido, el tener una economía importante no constituye el único pilar necesario para ser una potencia, ya que el mundo no es de un solo país y es necesaria la conciliación en temas que afectan a todo el planeta. La pandemia del Covid es un buen ejemplo, ya que debido a que mantuvieron el secreto por mucho tiempo e impusieron la cuarentena muy tarde además de silenciar a quienes lo habían denunciado, estas acciones se prestan a otras interpretaciones. Es por ello que en la reunión del G7 el tono que tomaron con China no fue precisamente conciliatorio (a pesar de que había opiniones en torno a que el Presidente Biden podría ser más suave con China), dado que los efectos del Covid han sido terribles en términos de pérdidas humanas. Lamentablemente, China en su afán de mantener la estabilidad al interior, terminó tirando por la borda la confianza de la comunidad internacional(que no es la primera vez, la epidemia del SARS en 2003 también estuvo plagada de censura). 


Las advertencias del G7 en torno a construir un frente hacia China no pasaron desapercibidas, ya que Xi Jinping en su discurso por los cien años dejó muy claro que no se permitiría ningún tipo de presión o de intervención en sus intereses. Mientras que todos los países mantienen algún nexo con China, es soberbio creer que solamente por ser una potencia económica pueden tomar determinaciones que tienen consecuencias no solamente para su población, sino para el mundo entero (y esto tambiérn aplica para Estados Unidos). El otro aspecto que ha traído innumerables críticas a China es el tema de los derechos humanos (ampliamente discutido en este blog) y que debe tomarse más en serio, ya que la falta de escrúpulos en combinación con el exceso de recursos produce la creencia errónea de que las personas (o los países) valen por lo que tienen (o como diría un académico inglés, 'que el mundo está más enamorado del dinero de China que de China'). 


Es indudable que muchos de los logros que ha tenido China como la reducción de la pobreza, el incremento de la clase media y el desarrollo económico son aciertos que deben admirarse y tomarse como un ejemplo, pero todo en su exacta proporción ya que eso también ha costado vidas. Sin embargo, queda la pregunta de qué tanto están dispuestos a ceder con tal de alcanzar los objetivos que según el partido son ‘por el bien de la colectividad’, ya que en China hay otros fantasmas que circulan por el país y que recuerdan a Beijing que no todas las personas tienen el mismo concepto de los beneficios del desarrollo económico, empezando por el hecho de que la autocrítica es una parte indispensable en el proceso desarrollo, al igual que el respeto hacia todos los miembros de la sociedad, no solo hacia unos pocos dependiendo de su afinidad al Partido Comunista. Valdría la pena observar qué tan adaptable y dinámico es el Partido ante los nuevos retos. 




(c)Defensa.com
(c) DW


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