Hong Kong: La 'China renuente'

Hong Kong está en casi todas las primeras planas de los periódicos en China y en varios lugares del mundo. Los hongkongnenses salieron nuevamente a las calles a protestar igual que en años anteriores: de forma enérgica y decidida. La policía se encuentra en una situación muy complicada, porque finalmente ellos también son de ahí y posiblemente crecieron con todas las conveniencias que ofrece esa China que se niega a ser como el resto de las provincias. Hong Kong está en una situación muy delicada desde antes del movimiento de las sombrillas, sobretodo porque los métodos de Beijing para absorber y asimilar han sido eficientes en la mayor parte de China. A diferencia del caso de Tíbet o de Xinjiang que son de mayor tamaño, Hong Kong se encuentra en una posición difícil pero considerablemente fuerte. 

En esta entrada planteo que Hong Kong es clave para la República Popular de China no sólo por el asunto de ser un centro económico y financiero, sino también un contrapeso a la dominación del gobierno central. En segundo lugar está la herencia de la isla como un ex territorio de ultramar de Inglaterra desde el punto de vista ideológico, ya que al igual que Taiwán, es sumamente complicado que una población ceda su derecho a decidir sobre la vida política de su contexto inmediato (aquí no aplica la idea de 'su país' porque el Secretario General es por decreto) y particularmente de su estilo de vida, ya que moverse del libre mercado al 'libre mercado con intervención estatal' tendrá graves implicaciones. Por último, dada la intervención reciente y presión que se está ejerciendo desde Beijing, Hong Kong puede tener una salida airosa o convertirse en una tragedia, es por ello que el gobierno central tiene que ser cuidadoso con las decisiones que tome en torno a la isla y a sus habitantes.  

En una entrada anterior se planteó la importancia de Hong Kong como un centro financiero y de intercambio comercial. En términos reales, gracias a las protecciones cambiarias y a la flexibilidad que se las da a los inversionistas. Desde este punto de vista, según la OCDE hay diferentes criterios para considerar a un país como 'paraíso fiscal', los cuales se relacionan con la ausencia de impuestos o impuestos nominales, o que haya flexibilidad con las actividades o cantidades de dinero que generen gravámenes (si acaso los hay), las leyes en torno a la transparencia, y leyes que restrinjan el intercambio de información financiera de los contribuyentes. Es por ello que Hong Kong, las Islas Vírgenes o Dubai o incluso Suiza tienen uno o más de estos elementos, incluso lugares como Singapur donde las leyes en torno a guardar el orden suelen ser más estrictas, hay protecciones para los inversionistas. Independientemente de las actividades que desempeñan los contribuyentes, es indispensable rastrear el origen de estos capitales, ya que en muchos aspectos (como le ha sucedido a Inglaterra y a Suiza) las inversiones pueden provenir de actividades ilegales. 

El que Hong Kong sea un paraíso fiscal es un tema complejo en sí mismo, sin embargo tomando en cuenta que la isla es un destino en sí mismo para la inversión, según las estadísticas Hong Kong atrae lo mismo o incluso más del total de lo que atrae la República Popular de China. Es importante aclarar que estas estadísticas pueden variar y hasta tener un sesgo porque la mayor parte de las inversiones extranjeras hacia China entran por Hong Kong, y por lo mismo de la confidencialidad en torno a los capitales, no es sencillo saber las cantidades y los rubros. Shanghai tiene la reputación de ser un destino de inversión extranjera directa por tener centros bursátiles donde registran acciones y las empresas de China mueven sus capitales pero dado el control que tiene el gobierno central en esta gran ciudad, es sumamente complicado mover capitales sin que haya auditorías constantes. La realidad es que para los inversionistas extranjeros Hong Kong es más atractivo por las protecciones que ofrece y por lo mismo, el gobierno central tiene que cuidar mucho cómo maneja el asunto de Hong Kong y ante todo, cómo percibe esto el resto del mundo. Si Hong Kong toma el mismo esquema de controles como el de Shanghai, entonces las inversiones se pueden reducir considerablemente. 

A pesar de que Beijing tenga un concepto rígido y preciso de la soberanía y una línea específica de lo que son sus responsabilidades y sus obligaciones, el que Hong Kong sea un centro financiero global tan importante envía dos poderosos mensajes al gobierno central: que ser una potencia global conlleva grandes responsabilidades y que la globalización económica impone límites a los gobiernos a cambio de crecimiento económico. El sistema político de la isla con todo y las intentonas de Beijing por controlar la situación a través de las decisiones de quién será el Gobernador de la Región Autónoma de Hong Kong por parte del Comité Central del Partido Comunista, sigue siendo 'democrático' porque los hongkongnenses aún pueden elegir a los representantes de sus demaraciones, equivalentes a los delegados o a los alcaldes, y esto se considera 'democrático' sis e compara con el sistema que prevalece en la China continental. 

El que las personas tengan la libertad de elegir a sus propios representantes (y hasta qué marca de comida comprar) es invaluable y el querer retirarla tendría implicaciones muy graves, ante todo porque dada la apertura y la cantidad de información que fluye en Hong Kong, es dificíl que les retiren este derecho sin pasar desapercibido por la misma gente. Si Beijing les retira este derecho, las protestas subirán de tono y puede haber resistencia pacífica hasta de las mismas autoridades (como la policía) por tratarse también de sus derechos. El otro aspecto es que Hong Kong tiene una economía que cabe más hacia la definición del libre mercado, y esto es otro aspecto que difícilmente aceptará restricciones o modificaciones. El hecho de que todo el año haya personas de la China continental que vienen a Hong Kong a adquirir enseres como alimentos, leche y comida para sus hijos en lugar de aceptar las ayudas del gobierno o bien las compran para vendérselas a la gente, habla de que hay un sentimiento de desconfianza hacia lo que provee el gobierno central. Lamentablemente, según la opinión pública fue gracias al escándalo de la melanina en la leche que las personas dejaron de confiar en la fórmula que distribuía el estado. Es complicado que Hong Kong se convierta en una economía restringida sin resistencia de la gente. 

En conclusión, el caso de Hong Kong es más difícil de lo que parece, ya que como uno de los destinos principales de inversión extranjera directa para la isla y para la China continental, dar un golpe que imponga control absoluto podría salir contraproducente para Beijing, ya que China sigue siendo dependiente de la inversión extranjera para mantener un crecimiento económico sostenido y para que sus mismas empresas puedan tener oportunidades en otros lugares. El que Beijing quiera introducir instrumentos como la Ley de Extradición es un asunto delicado no sólo en términos de que el sistema judicial en China es muy peculiar, sino que también gracias a las fallas que tiene (como muchos en el mundo) muy probablemente terminarán enjuiciando a personas inocentes. Las protestas han demostrado ser imposibles de contener, y al parecer es lo único que les queda a los hongkongnenses para resistir o al menos para disuadir al gobierno central de repetir algo como lo de 1989, porque de repetirse entonces se repetirán otras tragedias en el mundo. 





(c) Deutsche Welle





(c) Associated Press AFP


(c) Daily Express

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