Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda: De la teoría a la práctica
China actualmente plantea y habla de proyectos de infraestructura que pretenden conectar al país con el resto de Eurasia. A pesar de que ya ha consolidado su presencia en la mayoría de los países de su vecindario inmediato como Laos y Myanmar, China sigue en búsqueda de recursos para seguir creciendo y satisfacer las necesidad alimentarias, energéticas y laborales de su población. En este sentido la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda representa un proyecto ambicioso por su tamaño y las implicaciones del mismo. Ha sido admirado y criticado por el discurso que hay detràs de este proyecto y la realidad para concretar e implementar el mismo.
En esta entrada, hablaré brevemente del proyecto y de las críticas positivas y negativas que ha tenido, de las cuales han prevalecido las segundas por los países involucrados en este proyecto y el mensaje que China envía como potencia. La primera sección resume què es la Iniciativa y en què consiste. La segunda planeta el reto geostratégico y geopolítico de este proyecto con énfasis en la parte de seguridad, particularmente en el contexto de las implicaciones de tener oleoductos y gasoductos que pasan por varias fronteras. La tercera sección se enfoca en la importancia de Xinjiang como el comienzo de esta ruta y el potencial de convertirse en una bomba de tiempo y sus implicaciones. La conclusión planteará el desafío de esta ambiciosa iniciativa, la cual crecerá en costo y en complejidad.
La Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda se presenta como un proyecto ambicioso y de gran tamaño que consiste en conectar a China a través de vías de comunicación con proyectos de infraestructura, intercambio comercial e ideológico bajo el modelo chino. Este proyecto del 2013, según el actual Presidente Xi Jinping, pretende satisfacer las necesidades de China y promover el crecimiento y desarrollo de los países por los que pasaría la Ruta. Los proyectos de infraestructura, como he mencionado en otras entradas, buscan colocar los excedentes de producción de las empresas estatales de acero y materiales, así como proveer de empleo a la población aunque sea en otro país.
El rol de los gobiernos que reciben y aceptan las condiciones de China representa una parte del problema, ya que en la mayoría de los casos los beneficios de los atractivos prèstamos chinos y obras han sido para la èlite política de estas naciones. Por otro lado, los países participantes como Irán, Kazajistán y la misma Turquía cuentan con regímenes autoritarios normalmente vetados por Occidente para obtener apoyos o ayudas adicionales para su desarrollo vía programas u organizaciones internacionales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional. En este sentido, China ha representado la gran opción para países como Sudán o Angola que buscan el desarrollo pero sin un cambio ideológico o de gobierno, ya que para China la parte económica es la relevante.
Dada la naturaleza de estos regímenes, estos países estàn sujetos a inestabilidad e incertidumbre por lo que nadie, con o sin recursos financieros, está exento de tener un problema. Uno de los grandes problemas de China es la aseveración de que los países en desarrollo solamente necesitan dinero o que todo puede comprarse o resolverse por medio de este último. Ademàs de ignorar las particularidades de los perfiles económicos de estos países, el invertir en ellos o más aún, construir infraestructura delicada como oleoductos o gasoductos implica un riesgo mayor del que aparentemente estarían dispuestos a asumir. Los países petroleros si algo tienen claro, es el costo de vigilar y mantener este tipo de infraestructura, ya que hay países donde los oleoductos o gasoductos son objeto de explosiones o de saqueos.
El costo de mantener esto es mucho mayor que el proyecto entero, ya que también hay un problema de extraterritorialidad, ya que el enviar vigilancia es costoso y ningún país acepta activos militares de otro país en su territorio. A pesar de que los diplomáticos chinos argumentan que "harán acuerdos con cada país", se necesita màs que fondos para garantizar la estabilidad de este proyecto. Rusia y otras potencias ven la iniciativa con sospecha y recelo, ya que sigue un modelo similar al del plan Marshall, motivo por el que puede provocar un problema mayor, particularmente con Rusia.
Adicionalmente, el cinturón tiene su inicio en Chongqing y pasa por una parte muy problemática de China y que recientemente ha sido punto de tensiones en el ámbito doméstico: Xinjiang. Este territorio de 1,665 millones de kilómetros en el extremo noroeste de China es una zona de gran importancia geopolítica y geoestratégica. Xinjiang es la sede del grupo étnico Uighur, quienes tienen rasgos parecidos a los de sus vecinos Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán, países con mayoría musulmana. Esta región es importante desde la perspectiva geopolítica por su ubicación geográfica y la variedad de recursos naturales que posee, y se vuelve un punto geoestratégico al ser el punto de conexión del cinturón con el centro de Asia. Los países circundantes a la región también poseen recursos naturales de gran importancia para China como petróleo y minerales, los cuales los provee Kazajistán y por ello, se convierte en una ruta para oleoducto.
Desde antes de los ataques terroristas de 2014 en Urumqi, la región ha estado sujeta a presiones similares a las del Tíbet por parte del gobierno que han resultado en protestas y eventos violentos como el anteriormente mencionado. Los intentos por pacificar esta región han ido desde la migraciòn masiva de la etnia Han hasta la prohibición para practicar el Islam. En este sentido, China se encuentra en una situación que puede volverse complicada por la similitud que tienen los Uigures con sus vecinos, principalmente por el tema de la religión y el sentido de unión que tiene la Umma (comunidad islámica) dentro del Islam. A pesar de que el gobierno ha utilizado el discurso del desarrollo de la región como algo suficiente para lograr la pacificación al igual que en el Tíbet, la realidad es que se necesitará más que recursos financieros para la paz en Xinjiang. Dada la presión a la que están expuestos los Uigures, es probable que los problemas provengan de algo distinto a los ataques con arma blanca, ya que los países petroleros tienen presente que los oleoductos también pueden ser blanco de terrorismo, y manejar este tipo de problemas requiere una estrategia inteligente, no sólo dinero.
La Iniciativa del Cinturón, como se puede apreciar, tiene muchos problemas no sólo desde el punto de vista estructural sino también desde el punto de vista estratégico por las implicaciones. El tema de còmo mantener la seguridad en esta zona a mi parecer, está subestimado por China, ya que maneja su política exterior a los países en desarrollo desde la idea de que sólo se necesita dinero e infraestructura. La realidad es que un tema es construir el cinturón, y una muy diferente es mantenerlo, ya que la ruta pasa por lugares complicados y que de un momento a otro pueden volverse inestables, como el caso de Irán.
Es por ello que sería prudente cuestionarse si este proyecto realmente puede llevarse a cabo o si sólo se trata de una idea, ya que el control de tales extensiones de territorio costaría más que la infraestructura que China pretende construir en estos países, ya que de la misma forma que esto puede extender su influencia, también los hace vulnerables. Es indispensable no olvidar que las refinerías, oleoductos y gasoductos también son blancos fàciles para actores estatales o no estatales que pudieran buscar perjudicar al país que depende de ellos.
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