Ascenso de China: Sus primeros efectos

La economía de China se está desacelerando de manera más rápida de la que se había previsto. Los números dicen que ha bajado alrededor de 10 puntos, lo cual para cualquier economía sería preocupante, sin embargo no han manifestado preocupación alguna puesto que creen contar con todo aquello que ya han construido en los años anteriores.

La parte numérica de este asunto es importante pero no es la única relevante, ya que China está sufriendo los efectos de sus acciones alrededor del mundo, y no me refiero de manera exclusiva a las marchas y protestas a favor de los derechos humanos,sino que con las decisiones que ha tomado el Partido Comunista hacia su economía y ante todo, hacia su política exterior, los mismos chinos dentro y fuera están sufriendo las consecuencias de esta 'nueva forma de hacer diplomacia' que China nos presenta. La mejor muestra de ello es la actitud que han tomado hacia sus vecinos asiáticos.

El papel de China en Asia es mucho más complicado que hace algunos años, ya que durante el auge de la economía con Deng y con Jiang Zemin, había un tono un poco más conciliatorio en temas de política exterior. Los vecinos de China tienen la particularidad de ser sumamente complejos, ante todo porque culturalmente son diametralmente diferentes en todos los sentidos. En el caso de India por ejemplo, en vista de que es un país grande y el segundo más poblado del mundo (aunque esto va a cambiar en breve), la historia de relaciones se podría describir en 'pisa, corre, estira y afloja', puesto que a pesar de las constantes disputas territoriales (como con Ladakh), los mandatarios indios han sabido sobrellevar el tener a semejante vecino tan complicado sin tener que ceder totalmente.

China ha tomado una medida que muy a pesar del mundo, y por más condenable que suene, les ha resultado inteligente y que en muchos casos es similar a lo que Estados Unidos estuvo haciendo durante un tiempo en América Latina, que es el explotar las debilidades de cada país y usarlas a su favor. Los mejores ejemplos de esto son Pakistán y Nepal.

En el caso del primero, su constante rivalidad con la India, sus problemas con los Talibanes (de los que irónicamente ellos también son partidarios) y desde luego la falta de recursos para que la población subsista han sido un área de oportunidad para China, puesto que ahora Pakistán recibe apoyo comercial y se han convertido en un aliado incondicional. El caso de Nepal es muy similar, y por muy duro que suene, el asunto de la corrupción en ambos países representa el área de oportunidad más grande para China, puesto que en esos niveles, no importa qué tan beneficiado o no salga el pueblo mientras el beneficio mayor sea para los gobernantes.

Japón es el gran dolor de cabeza de China, y ahora está por convertirse en una migraña por las decisiones que ha tomado el Primer Ministro Shinzo Abe en torno a cambiar su Constitución, en particular el artículo noveno que habla de las capacidades de Japón para poder armar su ejército. Actualmente Japón tiene un ejército que sirve más hacia los propósitos de ayuda a la población civil, ayuda humanitaria y también defensivo. Abe está enfrentando a una población muy dividida en este tema, y se han visto innumerables manifestaciones en contra de que Japón vuelva reconstruir su ejército y ante todo, a que se reformule el derecho a tener armamento más sofisticado enfocado principalmente por el pasado incómodo que tienen.

El argumento para ir en contra de esta política queda casi invalidado por el hecho de que China ha estado empujando a todo mundo con el tema de las disputas territoriales, y más ahora que están construyendo islas artificiales ilegalmente en el mar cercano a Japón. Es importante mencionar que no todos los japoneses están en contra de que Japón reivnidique su derecho a defenderse, ya que China abiertamente los ha estado provocando y los mismos japoneses denuncian infilitración comunista y de coreanos anti-Japón (más de lo normal) en estas manifestaciones. La tónica de Shinzo Abe, a mi parecer no es en tono ofensivo sino defensivo, puesto que las provocaciones chinas no son precisamente por error, y así como todos tenemos el derecho a defendemos cuando es necesario, los países también y en este caso, Japón no tiene porqué dejarse. La actitud de Abe es totalmente diferente al extremo nacionalista que había durante la Restauración Meiji.

Corea es un caso muy lamentable, ya que culturalmente son más afines a China que a Japón, y es que hay muchas pruebas de que la política exterior en ambas Coreas dista mucho de ser independiente. Si hay algún problema mayor con China, las Coreas muy probablemente se van a dividir más de lo que ya están, puesto que Estados Unidos le ordenará a Park Hye que tome partido por Japón, mientras que Xi Jinping obligará a Kim Jong Un a tomar partido por ellos. Las Coreas, a menos que decidan declararse neutrales, van a acabar peor de divididas de lo que ya están, aunque muy posiblemente, y conociendo todo el tema sobre el discurso de la guerra y del rencor (que en realidad olvidan que quienes tomaron la decisión de dividirlos fueron aquellos a quienes ellos tanto defienden), si por ellos fuera, se irían contra Japón. El discurso hacia Japón que hay en el norte y en el sur no son del todo diferentes.

Vientam y Filipinas están en lo mismo, y Vietnam en particular presenta un hartazgo sumamente notorio contra las imposiciones chinas, y los filipinos se sienten amenazados con las nuevas políticas de expansión territorial, y es que revisando los nuevos estatutos del Partido Comunista hacia todo lo que le rodea a China, sí es de preocuparse que se sienten con el derecho de 'hacer lo que tengan que hacer' para poder lograr 'recuperar lo que es suyo', como lo comentó un funcionario en una entrevista en Al Jazeera.

Ahora, ¿Cuáles han sido las consecuencias de esta política de provocaciones disfrazada de diplomacia? Que los mismos ciudadanos chinos alrededor del mundo estén sufriendo de discriminación, malos tratos y hasta blanco de crímenes. Tristemente por más buena que sea su posición económica o su ingreso, el tema de su educación sigue siendo un asunto de muchos choques con el resto del mundo, ya que al igual que el Partido Comunista 'empuja a todos', la población suele ser igual.

El problema es que otros asiáticos también están pagando, puesto que en Occidente no suelen diferenciarlos, sobretodo con los coreanos. Los negocios y fábricas chinas en muchos países del mundo, han sido blanco de ataques tanto físicos como económicos y políticos, lo cual debería servir como razón suficiente para que la administración de Xi Jinping reconsiderara sus posturas de imposición con el resto del mundo.

China está construyéndose un ambiente de 'bola de nieve' en Asia y el mundo, y los efectos se podrían sentir en breve con la desaceleración no tanto en sus finanzas públicas pero sí en su balanza comercial, donde el déficit podría darse. El crecimiento del mismo resulta si no se toman las decisiones correctas que no sòlo se limitan a la parte econòmica.

Si el Partido Comunista continúa promoviendo la defensa propia en forma de aumentar las capacidades de los ejércitos de los vecinos, promoviendo el expansionismo y el atropello de las industrias de todos aquellos con los que entablan relaciones comerciales, los indicadores caerán más rápido y con consecuencias mayores. La historia y la memoria colectiva normalmente no perdonan, y es que China pretende copiar de Estados Unidos el camino para ser una súper potencia, sin embargo no se está tomando en cuenta que todo aquello que Estados Unidos hizo ha dejado huellas y errores bastante notorios que a la fecha, siguen pagando.

El Coloso del Norte ha caído en crisis más de tres veces en menos de 10 años en parte debido a sus ambiciones expansionistas, porque el ser un país bélico es bastante costoso, y la guerra a la larga es un mal negocio por lo sumamente complicado que es mantenerlo. Una de las enseñanzas más valiosas que ha dado Estados Unidos al mundo es precisamente que las ambiciones geopolíticas son tan costosas que pueden llevar a un país a seguir pagando las consecuencias económicas hasta el punto de la quiebra. ¿Podrá China aguantar semejantes costos? Esa es la gran pregunta, y las respuestas ya están llegando a sus ciudadanos y negocios residentes en el extranjero. Es evidente que el destino alcanza a todas las 'superpotencias', sin embargo depende de ellas qué tan

rápido irá su declive y qué tan fuerte será su caída.