Tíbet: ¿Una 'carta' para la negociación?
Tsering Woeser, la escritora, poeta y activista tibetana fue puesta bajo arresto domiciliario el día de ayer por las autoridades chinas en el marco de la visita a China de John Kerry, Secretario de Estado de Estados Unidos. Es obvio que no solamente a los activistas del Tíbet les parece esta acción como algo 'predecible' o 'de esperarse', sino que a otros analistas les puede parece como una medida desesperada por parte del Partido Comunista para silenciar a la escritora (de nuevo) o màs bien, de cortar todo contacto posible con Estados Unidos en este tema tan delicado de la situación en Tíbet.
Los estudiosos sobre China saben que en términos generales, cualquiera que atente contra el orden público en cualquiera de sus formas (denunciando abusos, corrupción, violación de derechos humanos o cualquier tipo de queja) cae en la càrcel, o en el arresto domiciliario, en el exilio forzado o en los casos ya bastante críticos y en el perfil más bajo posible, sí es de esperarse que tomen medidas tipo Corea del Norte, esto es: desaparecer a las personas. Hay varios ejemplos de ello: las amenazas hacia activistas como Ai Wei Wei, el encarcelamiento de Liu Xiabo y desde luego, la censura a los trabajos que vayan en contra de la línea del partido, como los de Tsering Woeser.
Actualmente, la comunidad internacional tiene un concepto de China como un país autoritario o cerrado en términos generales con un régimen que implementa políticas cuestionables en nombre del progreso o del desarrollo económico. En el mundo de los negocios, este concepto varía de acuerdo a la persona o grupo de personas y hasta de la empresa, ya que si tienen las mismas maneras de operar al interior de sus negocios, de sus países o con sus empleados, da exactamente lo mismo si se respetan o no los derechos humanos siempre y cuando no se toquen o bajen las utilidades. El tema de la cultura de hacer negocios y cómo China incumple en el largo plazo, es otro tema.
El arresto domiciliario de Woeser cae en un momento clave, el cual a mi parecer, deja entrever que hay un cierto nivel de miedo por parte de las autoridades chinas a que Estados Unidos pudiera utilizar el tema del Tíbet como un elemento de presión en las negociaciones, en los organismos internacionales o simplemente, dentro de las relaciones China-Estados Unidos. En los párrafos siguientes, expondré tres motivos (de los muchos más que podrían ser) por los cuales considero que el hecho de poner a una persona clave para el Tíbet como Woeser en arresto domiciliario en esta visita de Kerry, constituye una importante clave que podría llevar a ver el tema de Tíbet a estar dentro de las negociaciones de alto nivel en el futuro.
En primer lugar, es bastante obvio que el primero en sentirse incómodo ante el ascenso económico de China es Estados Unidos, y es perfectamente entendible, ya que desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, han tenido una posición privilegiada en muchos sentidos. Es muy cierto que Estados Unidos lleva un tiempo en decadencia debido a los altos costos económicos derivados de sus malas decisiones, en donde entre las principales están seguir manteniendo sus bases militares en el extranjero y desde luego, sus intervenciones bélicas. China por su lado, ha tenido un crecimiento ecónomico favorable y actualmente posee muchos recursos económicos para sus planes futuros, sin embargo, el que los ciudadanos gocen de calidad de vida (en todos los sentidos, hasta de calidad ambiental) y tengan poder adquisitivo equitativo así como educación (no solamente académica) son temas que no solamente puede solucionar el dinero.
China no tiene aún una clase media en cantidad suficiente que pudiese solventar una economía funcional y un consumo constante. Actualmente los precios en el país suben y los salarios de los trabajadores chinos siguen bajos. El mejor ejemplo son los grandes desarrollos urbanos que son pueblos o edificios fantasma. ¿Cómo puede un chino promedio comprar una vivienda de 10,000 dólares si gana 6,000 por año? Estados Unidos por su parte, tiene un sector de clase media considerable que fue la que llevó a este país al crecimiento, el cual hasta 2008, fue sostenido en términos generales. China no puede vivir solamente de ofrecer mano de obra barata.
En muchos países se están recibiendo estudiantes chinos con soporte de su gobierno para realizar sus estudios. Sin embargo, el PCC cuida bastante que no 'se contaminen' con ideas occidentales, lo cual es un asunto delicado para muchas universidades, ya que han habido casos en donde el gobierno chino expresa su inconformidad en un tono algo impositivo, sobre la enseñanza de temas delicados para ellos como los derechos humanos o el Tíbet y esto no solamente aplica en el ámbito académico sino también gubernamental. Nuevamente, el dinero no lo compra todo y tan cierto es, que hasta en América Latina se ve con desconfianza la afluencia de población china por las actitudes que tienen últimamente. Estados Unidos en este sentido ha demostrado al mundo que la prepotencia y la soberbia no llevan a nada más que a tener enemigos.
En segundo lugar, el tema de Tíbet no es desconocido a nivel internacional. Debido a que la comunidad de tibetanos en el exilio, los activistas y también personalidades en el ámbito político y artístico han denunciado los abusos de derechos humanos y las formas en las que el PCC prácticamente quiere extinguir la cultura, monumentos y prácticas tibetanas, es prácticamente imposible que sea un asunto que deje de existir. A pesar de los esfuerzos de la diplomacia china de 'persuadir' a otros gobiernos a ignorar la causa, algunos Jefes de Estado han recibido a SS Dalai Lama con o sin el permiso de China. La situación de los tibetanos es y seguirá siendo un asunto que pone en evidencia la política del Partido hacia todo aquel que actúe, piense o sea diferente.
Las medidas de presión que ejerce China se basa mucho en su creencia de ser indispensables en el funcionamiento de la economía de cualquier país y hasta del mundo, y aquí lamentablemente sí depende de cada país qué tanto se dejen presionar por ellos. Es importante recalcar que la autodeterminación y la política interna son asuntos exclusivos del estado-nación (país) en cuestión, y que intervenir o presionar en las decisiones nacionales o política interna de un país por medio de chantajes, imposiciones o amenazas se le llama imperialismo, y quien cede ante tales presiones es igual o peor que quien presiona.
Finalmente, la diplomacia de Estados Unidos es bastante particular. En términos generales, el país favorece las políticas o los regímenes que convengan a sus intereses inmediatos y futuros y ese lema de 'no hay amigos, sólo intereses' es bastante real. En este caso, y dado de que mundialmente son los más preocupados por poner un freno al ascenso de China, sí es probable que pudieran hacer uso de cualquier recurso, y Tíbet representa una oportunidad a futuro para presionar a China en diversos temas, no solamente el económico.
Esta es de las razones principales por las que el PCC mandó el arresto domiciliario de Tsering Woeser, ya que como es reconocida y admirada por activistas en Estados Unidos y el mundo en general, el que tuviera contacto con una persona de grandes alcances en la política internacional como lo es Kerry, representaría un riesgo para el gobierno chino y para sus intereses. Woeser es bien recibida por muchas personalidades del gobierno de Estados Unidos, lo cual al PCC no le es nada conveniente. Es importante mencionar que dentro de las cúpulas de poder estadounidense hay personalidades un poco más conciliadoras, y el caso de Kerry es uno, ya que en estos momentos también está intentando conciliar un acuerdo entre Israel y Palestina.
El tema de Tíbet pues, ya dejó de ser un asunto meramente local. La comunidad internacional debe poner atención a cómo el PCC actúa frente a las demandas por respeto a derechos humanos y particularmente, cómo reaccionan ante la recepción del Dalai Lama en muchos países. Tristemente, si China no toma cartas en el asunto de mejorar la situación de los tibetanos empezando por respetarlos en todos los sentidos, otros comenzarán a ponerles piedras en el camino, desde el tema de los negocios, hasta en organizaciones internacionales. La comunidad internacional no debe olvidar que la forma en la que China maneja la situación con los tibetanos no es ni será diferente a la que usarán para tratar con todo aquel individuo o país que no convenga a sus intereses o acepte sus condiciones. Un principio dominante en las relaciones internacionales es que la política exterior es un reflejo de la interior.
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